El trabajo del comité de empresa y la Fundación Anclaje, y la presión popular, han logrado que en un tiempo récord se haya sanado parcialmente la herida enquistada del cierre de la planta de Bimbo en Valladolid, con el mal menor del avance del proceso de reindustrialización.
La empresa Martínez Marcos, dedicada al transporte nacional e internacional de mercancías por carretera, ha firmado un acuerdo de compra de la factoría del Grupo Bimbo en el polígono de San Cristobal. Este movimiento permitirá su transformación en un plataforma logística de almacenamiento ante el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) acordado con la plantilla.
La empresa vallisoletana implantará un proyecto de almacenamiento para alimentación con silos y cámaras frigoríficas, lavadero, talleres, cabina de pintura y parking aéreo para más de trescientos camiones, ha informado este lunes el Grupo Adecco en una nota de prensa (la multinacional mexicana del sector alimentario había puesto el proceso de reindustrialización en manos de la compañía consultora Lee Hecht Harrison, S.L. -LHH-, perteneciente a Addeco).
Los nuevos propietarios de la planta se comprometen a crear cincuenta puestos de trabajo con la reincorporación de empleados de la factoría de Valladolid que así lo deseen, una de las salidas pactadas entre empresa y plantilla en el preacuerdo de finales de octubre, que incluía el mencionado plan de reindustrialización y un programa de recolocación interna y externa.
La principal actividad de Martínez Marcos es el transporte de productos pulverulentos en cisternas, complementado con aspiración de mercancías y estaciones de lavado en diferentes puntos estratégicos de la geografía nacional.
El acuerdo entre las partes incluía también prejubilaciones para mayores de 55 años (calculadas en unas cuarenta) e indemnizaciones por extinción de contrato (despidos procedentes con mejoras), además de una opción de traslados internos a la fábrica de Bimbo en Medina del Campo (unos cuarenta empleados).
Los trabajadores afectados por el cierre de la planta de Bimbo fueron 166 en la fábrica y más de 40 de empleos indirectos. En las últimas semanas han organizado concentraciones en las calles y huelgas en las instalaciones. El esfuerzo conjunto ha ayudado a aliviar el trauma que supuso el anuncio del cierre de la que fuera histórica factoría de Panrico.