Pasado, presente y futuro….. que palabras o términos tan escuchados, y además nuestra vida entera, está cargada de ellos.
Somos tiempo, somos movimiento, puro movimiento.
Me gustaba cuando era niña, muy niña por cierto, preguntarme y preguntar por estas cuestiones al estilo “papá, al día de hoy, mañana se le llamará pasado?”, o “ahora estamos en el presente, verdad?”.
Tal vez mi inquieta mente, o quizá esa obsesión que sigo teniendo con el tema temporal, ya se estaba fraguando de aquella, cuando se suponía que yo, ni siquiera podía pensar de forma abstracta. Pero era un tema que ya me tenía ocupada la mente, casi tanto como ahora.
Ha habido tanta literatura acerca de estos conceptos, sobre todo desde el ámbito de la filosofía, que realmente una se plantea que de verdad es algo trascendental. Y claro que lo es….
Me llama la atención poderosamente, cuánto creemos saber del tiempo y de su devenir, como si de un manual de aprendizaje se tratase. Que si el pasado ya no existe y jamás volverá, hasta que lo que hay que hacer es proyectar en el futuro, hasta que lo único que tenemos nuestro, es el presente.
Yo, amada gente, no soy ni seré jamás dada a los dogmatismos. Por eso, eludo toda esa retahíla de “semiverdades”, que la gente suele creer como tales. Realmente el pasado existe, y para desdicha o alegría de muchos entre quienes me incluyo, es lo único que realmente nos pertenece, porque lo hemos vivido.
El presente…. Es tan intangible y volátil, que una se pregunta si realmente existe. Hago aquí honor al tópico latino del “tempus fugit”, que es realmente lo que yo quiero explicar. ¿Qué es el presente? Es lo que vivo ahora, pero dentro de una milésima de segundo, ya es pasado…. ¿y el futuro? ¿Quién contaba, amigos lectores, cuando todos estudiábamos historia en el instituto, que dentro de tantos años, estaríamos casi como quien dice, a las puertas de una nueva guerra mundial?
Todos proyectamos hacia el futuro porque es lógico, en tanto en cuanto somos seres capacitados por nuestro cerebro para planificar. Pero por fortuna o por desgracia, no todo lo podemos controlar y realmente no sé si será el destino o quién, pero hay cosas que se nos escapan, por mucho que queramos diseñarlas a nuestro antojo.
Y no solo en la historia del mundo esto es así, sino en nuestra propia vida, hay hechos que acaecen, con los que ni siquiera habíamos soñado. Por eso amada gente, os digo que no os preocupéis en exceso del tiempo porque este es tal vez, el mayor engaño a que nuestro cerebro nos tiene sometidos.
Tan solo vive y deja vivir que eso sí que por suerte, ¡¡¡¡está en tu control!!!!