Ves venir a los Catalina Grande Piñón Pequeño y más o menos intuyes que se avecina una catástrofe. Y, sin embargo, lejos de perderse en un laberinto, salen ilesos y tan campantes: nos van educando a todos canción a canción. La están rompiendo y va a ser complicado pararlos.
Son tres artefactos ya los que han firmado los leoneses, con Richard Majo en la guitarra, Adrián Cavero a la batería y David Verderón ante el micrófono: “Baile Vermú” (2019), “La ira de un hombre bueno” (2021) y “Razonables éxitos” (2024), una especie de recopilatorio precoz que se han dado el lujo de editar, al estilo de los años sesenta.
Lo de este trío, cierto es, merecía la pena recopilarlo. La muestra está en sus conciertos, donde el público espera con ansia “Los de la capi”, “Véndeme el Kía” o “El ofensor del pueblo”. Este sábado 5 de octubre hay una nueva oportunidad de comprobar su potencia en el Galán Fest (Pedrajas de San Esteban). Quien prueba, repite, dicen.
El germen de todo este jaleo son las composiciones que tenía acumuladas Verderón a finales de 2019. Temas rápidos y cortos, “como los de Zoquetes o La Moto de Fernan”, explica el cantante para Social24Horas. No deja títere con cabeza, puro punk, pero sabiendo añadir “un toque de humor. En mi casa hemos sido siempre así, de toda la vida. Con humor entra mejor”.
De modo que la catástrofe que se intuía se va convirtiendo en atracción. La pandemia les partió en dos la promoción de su álbum debut pero les dio absolutamente igual. Tiraron para adelante. “No sé si la industria está preparada para nosotros. Creo que empieza a estarlo, porque se nos van abriendo las puertas de festivales grandes”, reflexiona Verderón, consciente de que están por el buen camino. Y puede que la clave sea haber logrado remezclar los gustos de cada miembro del combo: “Somos tres y cada uno es de su padre y de su madre, pero hemos sabido juntar todo lo que no une”.
Verderón, por ejemplo, creció escuchando hasta la saciedad el rap que en España explotaba en los años noventa, sobre todo Violadores del Verso (Doble V) y SFDK. Ahora le encantaría tocar en un festival encabezado por algún gran rapero de aquella época: “Kase-O o Tote King”.
El Galán Fest es un evento ideal para disfrutarlo con la familia, por eso parece que la organización ha intentado ocultar a Catalina Grande Piñón Pequeño, dejándolos (con buen ojo) para la medianoche: “No somos para todos los públicos, no”, reconoce su líder, “pero también tenemos cabeza, sabemos estar”. Avisa que si el concierto es en lugar cerrado y pagando, “la entrada a veces incluye un desnudo”; pero en un entorno abierto, con chavalillos por ahí sueltos, consiguen “atar un poco el caballo”.
V.D.L.