Las personas somos lo que vivimos… Eso es indudable… También es cierto que vivimos lo que somos… No hay que negar que la capacidad de elección está por encima de la suerte, bueno o mala, o de todas estas cosas externas a nosotros, que muchos creen que dominan nuestra existencia…
De todo aquello que vivimos, se refleja mucho lo que somos y viceversa.… Por eso creo que atesoramos experiencias que con el tiempo se van convirtiendo en fascículos de nuestro andar…
Me considero una persona nostálgica, en el sentido de que no solo cuando las cosas van bien en el presente, cosa que es muy atípica, sino también cuando van mal que es algo más lógico, Acudir a estas experiencias, almacenadas en nuestra memoria, como forma de evadirme, o de felicitarme a mí misma, o qué sé yo, de medir mi propio yo en relación con el pasado…
Es cierto que esto a veces puede llegar a ser una adicción… También Que vaya por delante, que cada carácter es diferente, y ahora mismo en esta sociedad tan pragmática, incluso los psicólogos opinan que lo que más importa es el presente… Pero gracias a vivir lo que hemos vivido, somos lo que somos… Porque una casa nunca se empieza por el tejado, si no hay un bien un buen andamiaje, toda la estructura seguirá al traste…
Por eso la nostalgia a pesar de que pueda doler, o pueda resultar melancólica…, Es algo que a mí me ayuda personalmente a sentirme orgullosa de mi memoria, de mi pasado, de mi vida, porque gracias a eso soy la que soy ahora