Geniales ocurrencias y métricas capaces de suavizar un lunes o calentar un viernes, eso es lo que ofrece Carlos Pereira, Carlangas, en sus dos primeros discos en solitario (Carlangas y Bailódromo, Vol, 1). Ha logrado en muy poco tiempo que Regalao, Los dineros o Cae la noche se conviertan en clásicos modernos. Discos vacías, Tiemblo o Mucho con poco van por el mismo camino.
Pensó que se avecinaba un pedregal cuando Novedades Carminha, un proyecto casi fraternal, se disolvió y entregó las armas. Hoy gira sin parar con dos trabajos a los que es complicado poner un pero. Este viernes 11 de abril, a las 21:00, los defiende en El Desierto Rojo (con sesión dj para caldear la tarde y charlar con fans desde las 19:00 en Bicoca Records). Suena bien y parece fácil. Sus amigos, no le olvidan.
PREGUNTA. Las canciones generan superbuen rollo, ganas de bailar, hacen reír muchas veces, lo cual se agradece: ¿Carlangas es así, tal cual, o es como esos cómicos (que los hay) que escribe chistes enfurruñados?
RESPUESTA. Pues como todo el mundo, tengo mis días. Pero escojo lo que uso para las letras. La música me parece que es una vía de escape. Para mí lo es. Como un bálsamo. Es donde estoy tranquilo, donde me divierto, me gusta transmitir buen rollo. Pero a nivel personal tengo mis días: hay días que me levanto cruzao y días que me levanto contento, pero en general estoy de buen rollo.
P. Quien más quien menos se empapó, por supuesto, de Novedades Carminha, pero, para aquellos que conozcan un poco menos tu historia, ¿dónde empezó todo?, ¿cuál fue el vínculo inicial con la música?
R. Con los casetes de Siniestro Total, Golpes Bajos, Radio Futura y Los Rodríguez que sonaban en el coche de mis padres a principios de los noventa. Me cameló tanto que tengo treinta y siete años y sigo aquí. Al final llegas a la música por la música que te ponen. Luego ya a partir de ahí vas trazando tu narrativa y tus gustos. Eso me abrió un mundo. Yo soy de Santiago de Compostela, de un barrio que se llama San Lázaro, y, bueno, mi mundo era ese, pero la música me abría la cabeza a otras estéticas, a otros discursos. Esos discos eran un canto de libertad hacia la vida. Yo decía, joder, tengo dos opciones: ser un tío gris o ser un tío como estos. Y, nada, pues creo que a mucha gente mi música le genera un sentimiento parecido a lo que a mí me generaban estos grupos.
P. Tenían buen gusto tus padres.
R. Mis padres estaban supermetidos en la movida de los ochenta, como público, y de las cosas que iban sonando en los noventa. Esa es mi patria sentimental. Hasta el Clandestino de Manu Chao y todos esos discos de finales de los noventa, que yo tenía diez años cuando salieron. A partir de ahí ya empecé a volar solo, con los Strokes, con la vuelta del rock, con Franz Ferdinand, con el Brit Pop, con Blur, y ahora vuelvo a estar ahí, la verdad.
P. ¿Siguen teniendo ese buen gusto tus padres? ¿Escuchan los discos de Carlangas?
R. Sí, se ponen mucho mis discos y les mola venir a mis conciertos. Creo que con la edad también vas desconectando un poco de la música actual, y creo que escuchan canciones que conocen de antes. Aunque tampoco son tan mayores, están en los sesenta y pico. Mi madre sí la veo un poco más actualizada, a veces me habla de algún grupo que escucha en Radio 3 o en alguna otra radio; pero mi padre, seguro que si le preguntas te dice que su grupo favorito es Deep Purple.
P. ¿Y cuándo llegó el punto de no retorno donde supiste que te ibas a dedicar a esto, que la cosa estaba saliendo bien?
R. Es que creo que lo tuve claro siempre, y eso que no tenía ningún tipo de virtud para tocar instrumentos. Sí que es verdad que llevo tocando instrumentos desde los siete años o así, pero no tenía tanto que ver con esto sino con un sentimiento. Yo recuerdo poner una casete de El muro de Pink Floyd delante de todos mis compañeros en el colegio, y yo eso lo vivía muy intensamente, mucho más intensamente que el resto de los compañeros, seguramente. Y me lo creía, ¿sabes? Lo tuve siempre claro, lo que pasa es que es muy difícil que luego ocurra, y te puede generar mucha frustración. Pero tuve mucha suerte, y veinte o veinticinco años después aquí sigo, sacando discos y yendo al Desierto Rojo a hacer conciertos, que para mí es un regalo.
P. Por supuesto que hay que gestionar esa frustración. Muchos se quedan por el camino. Seguro que se lo pasan bien, pero no llegan, por ejemplo, ni a grabar un disco.
R. Ahora creo que, con respecto a cuando yo comencé, se ha democratizado mucho lo de grabar. Cuando empecé con Novedades Carminha, para grabar había que ahorrar, ir a un estudio y todo eso. Ahora las tarjetas de sonido son muy baratas y la tecnología permite grabar antes. Yo lo utilizo ya también todo esto. Sigo creyendo en los técnicos y en los especialistas de sonido, pero sí que hay cosas en las que puedo volar yo solo. También es más difícil destacar, porque como es más fácil grabar un disco hay muchos más discos. Me considero un afortunado por poder conseguir plasmar mi visión del mundo en discos y en letras. Ahora mismo estoy haciendo otro disco y estoy más contento que unas castañuelas.
P. ¿Ahora mismo estás con un nuevo disco?
R. Vengo ahora mismo del estudio. Estoy haciendo un disco de rock. Y me está molando, como cuando mi abuela me pone un plato de caldo encima de la mesa.
P. ¿Por eso estás reconectando con Blur?
R. Sí, estoy reconectando con todo eso, me siento como en casa, y llevo unos meses muy contento.
P. Entiendo entonces que eres más de Blur que de Oasis.
R. Soy mucho más de Blur que de Oasis, de hecho. Blur me gusta muchísimo, es uno de mis grupos favoritos, tienen una amplitud artística increíble.
P. Tienes pinta de que entiendes perfectamente además el cambio de aires de Damon Albarn con Gorillaz.
R. Sí, sí, Gorillaz también me gusta mucho, aunque conecto un poco menos con la idea e Gorillaz que con la idea de Blur, que es más una banda de pop al uso. Al final, me gusta eso, igual que me gustan los Strokes y Pulp, ¿sabes?
P. Está claro que Oasis nunca se ha salido de la misma línea, y seguirán en ella; en cambio, Damon Albarn tiene otras inquietudes. El proyecto Carlangas tiene también algo de eso.
R. Claro. Para mí hay una serie de artistas, como David Byrne, de Talking Heads, Kiko Veneno, Santiago Auserón, Damon Albarn, Manu Chao mezclándolo todo con Mano Negra y con sus discos, Joe Strummer con The Clash, que son referentes precisamente por ser capaces de absorber de muchos sitios.

P. Supongo que en algún momento, aunque intentes estar de buen rollo, habrán venido mal dadas y habrán entrado ganas de mandarlo todo a tomar por saco.
R. Me llevé una decepción grande con la disolución de Novedades Carminha. Realmente no me la esperaba.
P. ¿Tú no querías?
R. No, no quería. Pero entendí que la energía se había acabado, y hubo que hacerlo. Era lo mejor y lo más honesto que podíamos hacer. Entré en un periodo que no sabía si quería seguir, porque para mí la música iba a asociada a convivir con una pandilla de amigos, como Novedades Carminha, y no sabía si tenía sentido hacerlo solo. Pero bueno, me fui encontrando con otros amigos y la verdad es que ahora estoy comodísimo. Creo que con este disco, Bailódromo, o EP, creo que es más un EP que un disco, termino la parte inicial del proyecto Carlangas. Ya me siento más seguro y me apetece hacer cosas más grandes y más ambiciosas, y es en lo que ando. Estos dos años que llevo tocando, desde 2023, como Carlangas, fueron un poco de curar esas heridas y de construir algo nuevo. Ahora mismo estoy muy contento porque ya estoy en el sitio, estoy en la parrilla de salida ya por fin.
P. ¿Esas cosas más grandes y más ambiciosas en qué se van a traducir en el nuevo disco?
R. Me atrevo con más cosas, estoy más confiado. Se traduce en la confianza que tengo a la hora de hacer canciones, de escribir y de proponer. Creo que van por ahí los tiros. Normalmente, cuando me he sentido así otras veces, hay una amplificación de lo que haces. Cuando uno está seguro de sí mismo es más fácil sacar la cabeza.
P. Cualquiera diría que estabas bastante seguro de ti mismo ya en estos dos trabajos.
R. Fíjate que tengo la sensación un poco de avestruz con estos dos discos, de haberlos hecho pero un poco escondido, ¿sabes? Escondido porque necesitaba estar un poco en reposo emocional. Pero desde hace unos meses tengo una sensación totalmente contraria.
P. ¿O sea que nos tenemos que preparar? ¿Es inminente?
R. Será para 2026, estoy en medio del proceso, lo voy disfrutando y me estoy llevando alegrías. Acabo justo de exportar las primeras maquetas. Me pillas de subidón de azúcar.
Víctor David López