Cuando el petardazo que se esperaba con ansia desde el madrileño barrio de Ciudad Lineal estalló hace unos meses, dando todo un revolcón al panorama musical independiente español, al primero al que la pólvora le cubrió la cara fue a Álvaro Rivas, vocalista y compositor de Alcalá Norte. Nadie tiene la cabeza y el apéndice preparados para un giro tan brusco de guion.
Rivas, junto a Jaime Barbosa, Juan Pablo Julià, Pablo Prieto, Laura de Diego y Carlos “Dr. Rock” Elías visitan Valladolid este sábado 25 para llenar la sala Porta Caeli con un único trabajo bajo el brazo, su disco homónimo, Alcalá Norte (Balaunka, 2024). Ese en el que nos hablan de La vida cañón, de La sangre del pobre, de Goebbels y de Stalin. Ese en el que, tirando de lo retro, predicen el futuro del rock (o algo así) patrio.
PREGUNTA. ¿Cómo se hace uno de los mejores discos del año encerrados en una habitación de un piso?
RESPUESTA (ÁLVARO RIVAS). A ver, tiene trampa porque la habitación era de Carlos, Dr. Rock, nuestro guitarrista, que antes de guitarrista era nuestro productor, y él es un pedazo de friki de instrumentos y de elementos que sirven para la producción. Su socio le dejó instalado el Reaper, y él tiene en su casa un montón de preamplificadores, bajos, guitarras, micros buenos: lo que tiene en su cuarto es prácticamente un estudio profesional. Sigue siendo un cuarto, pero un cuarto muy bien equipado. Y luego, como decidimos hacer las bateras programadas para ahorrarnos pasta de grabación, directamente todo lo podíamos hacer allí, incluso las voces. La mitad de las canciones están cantadas en ese cuarto.
P. Y cuando os metisteis en ese cuarto, ¿qué quedaba de aquel grupo de la época de las maquetas de Dr. Kozhev y Barbacoa en el cementerio?
R. Todo prácticamente, porque algunas de las canciones del disco, “Langemarck”, “El guerrero marroquí”, “Westminster”, las tocamos en nuestro segundo concierto, y estoy seguro de que alguna de esas tres en nuestro primer concierto, un mes antes, también las tocamos. Teníamos el mismo espíritu. De hecho, cuando nos metimos allí a grabar teníamos el mismo poco talento que al principio. El Dr. Rock tuvo que grabar prácticamente todo el disco porque nadie más sabía hacerlo. Una vez teníamos grabado el disco, nos rodeamos de buenos ejecutantes para el resto de instrumentos. Cuando nos metimos a grabar éramos una banda desastrosa, prácticamente en el mismo estado en el que estábamos cuando empezamos, solo que con miembros distintos.
P. Sabemos que queréis rodar por salas pequeñas y medianas, para no saltaros ningún paso con este primer disco. La gira de conciertos es exhaustiva, y eso también está suponiendo un cambio intenso en vuestras vidas. ¿Cómo lo gestionáis física y mentalmente?
R. El ritmo al que hemos decidido someternos desde luego ha hecho incompatible tener otro trabajo, eso es así. La primera solución de conciliación ha sido directamente dejar de lado otros proyectos, porque, si no, ni el cuerpo ni el cerebro nos iban a funcionar. A mí me ha petado el apéndice a mitad de gira, pero no creo que sea por la intensidad de la gira, de hecho cuando me petó ya llevaba un mes y medio sin trabajar en mi curro previo, y eso había coincidido con la época de mi vida en la que mejor estaba durmiendo y más deporte podía hacer. Es verdad que de gira no duermes del todo bien y no se come del todo bien, aunque puedes más o menos defenderte.
P. Para comprender bien los tiempos de Alcalá Norte, vamos a hablar de pasado, presente y futuro. ¿Cómo resumirías vuestro pasado como grupo?
R. Nosotros estuvimos tres años siendo una banda ya privilegiada en Madrid, porque, por lo que sea, desde que nos juntamos e hicimos nuestras primeras canciones y conciertos despertamos un cierto interés entre la peña que se mueve en este circuito de banditas indies. Veníamos un poco de esa ola pospunk de la salida de la pandemia, pero en general la movida guitarrera de Madrid nos acogió con cariño y expectación. Eso facilita las cosas, porque sabes que no te tienes que preocupar por llenar la salita en la que vas a tocar, aunque sean ciento cincuenta o doscientas personas. Así nos pasamos tres años, con muchos desencuentros humanos con los distintos miembros que iban entrando en el proyecto. Además, uno de los fundadores de la banda, después de los primeros dos conciertos, se fue a vivir a Suecia, a doctorarse. Llegó un momento en el que nos cansamos de ser una banda maquetera, y nos cruzamos con el Dr. Rock, que nos dijo que lo que teníamos que hacer para pasar al siguiente nivel era sencillamente grabar nuestro repertorio, porque era muy bueno, y publicarlo en disco. Eso hicimos, y el resto de la historia es pública.
P. Y el presente, ¿cómo lo definirías? ¿Qué sensaciones te vienen a la cabeza?
R. Profesionalización, en todos los aspectos. Quieras o no, ahora somos empresarios. Tenemos que cuidar de nuestro futuro haciendo lo más valioso para nuestra empresa, que son nuevas canciones, y tomándonos muy en serio nuestro directo, tratando de que esté lo más ajustado posible. ¿Qué es nuestro presente ahora? Terminar esta gira por salas, y se nos viene una primavera intensa para ajustar nuestro directo al formato festivales, mientras sacamos huecos para componer el segundo disco.
P. Aquí llegó el futuro. ¿Ya os habéis topado con la presión de a ver cómo nos las apañamos para que el segundo disco esté a la altura?
R. Sí. Como yo escribo las letras y pongo las melodías de voz, siento que depende bastante de mí. Por más que los compis puedan ayudarme pasándome un riff de guitarra, una melodía de teclado o proponiendo una armonía, depende de que yo me active. Me estaba costando, pero con mi periodo de descanso hospitalario he logrado reconectar con esas fuentes de inspiración, y estoy contento con las cosas que van saliendo. Son canciones que están guapas y hay alguna que hasta me parece que es la típica que te la colocan de single y funciona bien.
P. ¿La presión es también discográfica o con el sello Balaunka las cosas son tranquilas?
R. Nuestro segundo disco no está firmado con nadie, así que Balaunka no tiene por qué ponernos presión. El trato con Balaunka es para el primer disco.
P. Es decir, alguien os dio un muy buen consejo en este aspecto.
R. Todo esto viene de nuestro manager, Jose, que es el que se ha encargado de que tomemos buenas decisiones. Al principio como consejero externo, y cuando vio que todo nos salía mal, pues dijo mira lo voy a hacer yo, y se metió a manager.
P. También está la opción de retiraros después de este disco. Hacer otra banda y sacar otro primer disco, y así dejar el primer y único disco de Alcalá Norte para la posteridad.
R. Bueno, a ver, el listón está alto. Nuestro disco, más allá de ser bueno, que yo creo que es bueno, ha logrado reunir un consenso importante. Seguramente el segundo disco haya mucha gente a la que no le guste sencillamente porque no es el primero, no porque sea mejor o peor.
P. Sin prisas mejor.
R. Un poquito de prisa tenemos, porque nos apetece dar saltos de crecimiento, nos apetece engordar nuestro repertorio. Al final, lo que más mola de engordar el repertorio es que la gente se las sepa también, y para eso hay que publicarlas. Algo de prisa hay, pero vamos que todo 2025 es para componer, no vamos a publicar nada.
P. Precisamente fue con la publicación del primer disco cuando llegó un pequeño susto de ansiedad, a modo de aviso.
R. Sí, eso me pasó literalmente el mes en el que sacamos el disco. Yo creo que era porque la promoción del álbum estaba exigiendo demasiado al coco, y yo me estaba tomando mi otro trabajo muy en serio también porque ni de coña pensaba que cinco meses después iba a dejarlo. Entonces, sencillamente tuve más presión que en toda mi vida. Eso quizás me llevó a apoyarme más de la cuenta en los canutos. No los dejé, sencillamente los retiré de momentos concretos de mi rutina donde no me hacían falta. Para darme cuenta de todo eso lo que tuve fue una gran explosión emocional. Ahora visto desde la distancia, me hace gracia, pero en su momento pues… Por lo menos me sirvió para dormir mejor, entre otras cosas.
P. Volviendo a la composición, no todo el mundo tiene el mismo método ni las mismas habilidades: hay gente con imaginación, otros son más currantes, o con muchas referencias culturales, o con buen oído, o buena memoria. ¿Cuáles son tus trucos?
R. Una de las que estamos trabajando ahora, para el segundo disco, me vino bajo los efectos de la anestesia así que no puedo explicar muy bien cómo la saqué, porque la sensación prácticamente es que no es mía. En las otras con las que estoy currando, estoy buscando la inspiración en textos e historias que leo, integramos cosas de fuera de la banda en el imaginario de la banda, convirtiéndonos en una especie de multirreferencia. Así funciono. Muchas veces, de un texto lo que saco es una estrofa y me invento el resto. Otras veces escucho al Barbosa decir una cosa graciosa y la apunto y me encaja como verso. En fin, de mil maneras. Lo que más me gusta es cuando me pasa lo de la anestesia, y si viene con melodía pues mejor aún.

P. Con vuestra aventura estáis creando un fenómeno fan. ¿Vosotros también habéis participado alguna vez de algún fenómeno fan? En tu caso concreto, ¿a quiénes podrías considerar ídolos?
R. Las únicas dos bandas que yo he ido a otra ciudad a verlas han sido los Stones Roses y The Libertines. Supongo que de esas dos bandas sí que he sido fan. Me caían muy bien los Soulwax, que también son los 2manydjs. A ellos también les he seguido cuando tenía diecisiete o dieciocho años, como grupi. Más allá de ese trío, poca cosa.
P. Lleváis poco tiempo en el negocio de la música, que es una selva. ¿Os ha dado tiempo a que os jueguen malas pasadas?
R. Sí, sí, claro. De ahí nos sacó nuestro manager. Desde que decidimos que necesitábamos ayuda para dar un salto, básicamente grabar un disco y que alguien nos gestionase la carrera desde un álbum grabado, contactamos con dos o tres personas, y por lo que sea dijimos que no a una que era bien maja y nos fuimos con otra persona que no era tan maja. Nos embaucó no sé cómo. Las condiciones eran una mierda, el trato era una mierda y las perspectivas eran una puta mierda. La suerte es que no firmamos, en el último momento nos echamos para atrás porque nos insistió que flipas el que acabó siendo nuestro manager. Puf, ahora respiro aliviado porque si hubiéramos firmado ese papel, no habría banda ya, ni de coña. Sinceramente te lo digo, porque conozco dos o tres proyectos que junto a esa mala persona han fracasado o están en vías de fracasar.
P. A todas las discográficas que recibieron el máster de vuestro disco y pasaron de vosotros, ¿qué las dirías?
R. Pues que las entiendo. Porque al final, cuando nos salimos de la órbita de ese hombre y entró Jose y pudo hacer esa labor de enseñar nuestro máster a todas las discográficas, era ya noviembre o así. Y yo sé que las discográficas pequeñas planifican los lanzamientos del año y les es difícil de repente meter un lanzamiento más. Y en cuanto a las multinacionales que no apostaron por nosotros, pues también las entiendo, porque si son multis es porque apuestan por algo que funciona, y nosotros no funcionábamos en noviembre de 2023. ¿Qué les voy a decir? Pues que nos paguen ahora más pasta.
P. Están a tiempo de subirse al barco en el segundo disco.
R. Hombre, pues depende de nuestras expectativas también. España yo creo que lo manejamos bien, y podemos hacerlo medio autoeditado con nuestros socios de Balaunka, nuestro sello, como hasta ahora, y con el equipo de contratación de Maunka (empresa hermana de Balaunka) en colaboración con nuestro manager. Si se nos va un poco la olla y nos apetece hacer las Américas, ahí imagino que necesitaremos ayuda. Si esa es la situación, nos reuniremos con esas mismas personas que nos dijeron que no cuando éramos una banda debutante y les plantearemos nuestra estrategia y nuestros objetivos. Les diremos dónde puedes ayudar tú en estos puntos. Y si nos señalan siete puntos y además nos convencen con sus tácticas para alcanzarlos, pues se llevarán nuestro segundo disco.
Víctor David López.