Como cada día 25, Valladolid será testigo este último lunes de agosto (a las 20:00 en Fuente Dorada) de una nueva concentración contra la violencia machista. Convocado por ADAVAS Valladolid (Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos), el acto continuará el calendario de acciones que tienen como objetivo seguir visibilizando todo lo posible el daño causado, y buscar soluciones y reparación.
En lo que llevamos de año, según la veterana asociación convocante, se han producido en nuestro país al menos 49 asesinatos por violencia machista. El portal Feminidio.net enumera hasta 54 (23 de ellos oficiales, y 31 no reconocidos como tal). No siempre se cuenta a todas las víctimas, pero las asociaciones feministas saben perfectamente la poca transparencia que, en ocasiones, define a las investigaciones de este tipo de agresiones de género.
Social24Horas ha conversado con Paula Domingo, de ADAVAS, sobre el itinerario que, en la provincia de Valladolid, recorre una mujer que sufra un episodio de violencia machista. “Una trabajadora social recibe a la víctima, que puede presentarse en nuestro centro o llamarnos por teléfono”, explica la técnica de prevención. “Tenemos uno de urgencia y uno fijo de lunes a viernes”. En función de la situación en la que se encuentre, se ofrece a la víctima apoyo psicológico o asesoramiento para tramitar denuncias por violencia de género o gestionar la separación de su pareja, por ejemplo, dos de los momentos más delicados a los que se enfrenta.
La asociación también se centra en programas de prevención y sensibilización, y en campañas educativas en colaboración con centros y entidades. En los últimos años han apostado por la educación secundaria: sus charlas han pasado por los institutos Leopoldo Cano, Galileo, Juan de Juni o Zorrilla, entre otros, en la capital pucelana, y también en puntos del interior de la provincia como Tordesillas o Tudela de Duero.
La época veraniega, según ADAVAS, conlleva un peligro extra respecto a la violencia machista. “Tiene mucho que ver con las vacaciones, porque hay una convivencia mayor”, explica Paula Domingo. “También tiene que ver con el tema de las custodias. Si una víctima de violencia de género tiene custodia compartida y tiene que dejar a los niños con el agresor, porque se reparten las vacaciones, son momentos en los que se eleva bastante la tensión”.
La importante labor de Adavas lleva desarrollándose desde 1994, cuando apenas había recursos para víctimas de violencia de género y de violencia sexual. Por aquella época, un grupo de mujeres (psicólogas, abogadas, voluntarias) decidieron activar un teléfono de urgencia y una serie de atenciones y asesoramiento a las víctimas que se atrevían a llamar. Hoy la asociación se articula a nivel regional: cuentan con todas las mujeres castellanoleonesas.



