Quienes acudan este viernes 30 de mayo a la sala Cientocero (21:00) para ver en directo a Puño Dragón pueden estar seguros de que estarán en el lugar adecuado en el momento preciso, porque la banda de origen asturiano es una de las grandes primicias del rock´n´roll nacional en los últimos meses.
Liderados por Rafa Tarsicio (voz y guitarra) y Germán Mingote (voz y guitarra), con Erik Iglesias al bajo, Manu Huertas a la batería y Rubén Loro en los teclados, lo suyo tiene un truco aparentemente lógico y cabal: son capaces de llevar el estudio a sus conciertos con fidelidad, y son hábiles también a la hora de lograr que las grabaciones reflejen la intensidad de su puesta en escena.
Algunas de las canciones de Juegos violentos, el segundo álbum del grupo, lanzado a principios de año, suenan alegres pero siempre dejan una sonrisa triste, y al revés. Puño Dragón es, para muchos, un bonito descubrimiento de letras y de guitarras que parecen lejanas pero que siempre te llevan al principio. El amor, con distintos discursos y en diferentes etapas, recorre el disco de norte a sur y de este a oeste, por eso, de boca a boca, de pareja en pareja, se ha ido propagando su mensaje, románticamente clásico pero contado con maestría.
Social24Horas conversa con Rafa Tarsicio, en la semana de su concierto en Valladolid (es la primera vez de su vida en la que se enfrentan a una gira de las dimensiones de la actual).
PREGUNTA. ¿Muy fans de Bola de Dragón, o solo es una coña?
RESPUESTA (RAFA TARSICIO). Todos vimos Dragon Ball, como cualquier niño de los noventa, pero no se nos ocurrió el nombre del grupo por eso, aunque tiene que ver. Se nos ocurrió un poco como una coña, porque nos hacía gracia poner un nombre así como muy a lo grande, muy grandilocuente, que sea un poco como cuando éramos niños y todo ese vocabulario de trueno, rayo, patada, puño, dragón, todo eso. Después nos acordamos de que había un ataque de Dragon Ball que se llamaba así.
P. Masterclass gratuita para chavalas y chavales que estén empezando en el oficio de la música. 11 de diciembre, fiesta de presentación del festival Inverfest en la sala But de Madrid. Tocáis tres canciones para un público muy diverso, junto a otros muchos grupos, y sois los mejores. Días después la zona centro de la capital amanece repleta de carteles vuestros. El 25 de enero llenáis la sala El Sol. ¿Cómo fueron estos dos meses vitales en la historia de la banda?
R. Sin duda fueron dos meses preciosos que realmente eran la conclusión de un curro que estuvimos haciendo en la sombra durante un año entero. Fue la traca final, la fiesta de final de curso en la que veíamos que el trabajo bien hecho tenía recompensa. Coincidió ese concierto en la But con la salida de los singles, que estaban siendo acogidos de maravilla. La salida del último single, que fue Haré lo que pueda, que dentro de nuestros números lo petó. Luego sold out tres semanas antes de la presentación del disco. Concierto en la sala El Sol. El disco había salido cuatro días antes y la gente nos chilló todas las canciones desde el principio. ¿Qué te voy a contar? Los dos meses más bonitos de nuestra vida.
P. En aquella breve actuación de la sala But, con muy poco tiempo para convencer al público, quedó demostrado que, aunque el proyecto Puño Dragón es reciente (2021), vosotros tenéis muchas tablas. Son muchos años en la escena asturiana. ¿Cómo es esa escena?
R. La pregunta a mí me cuesta responderla porque realmente yo llevo viviendo en Madrid cinco o seis años. Estoy medio en la escena asturiana medio en la madrileña. Sí que te diré que la escena asturiana es pequeñita, siempre con ese problema que hay en las provincias de España de estar aislado. Tú puedes funcionar en tu provincia pero vas a la provincia de al lado y nadie te conoce, están un poco cortadas las vías de comunicación. Sí que creo que está habiendo brotes verdes, saliendo nuevas bandas y nuevos festis. De repente está habiendo una ola de música en directo muy interesante dentro de nuestra pequeñez, que, joder, para mí es una pasada, porque hace diez años era todo mucho peor y mucho más primario.
P. Uno de los sellos de la banda es esa mezcla de las dos voces, la tuya y la de Germán. Dos voces muy diferentes. Los dos cantabais en proyectos anteriores. ¿Cómo surgió la mezcla y cómo la gestionáis?
R. Pues esto surgió desde el inicio, la verdad. Primero empezamos siendo dos cantantes que éramos Jano y yo. Jano fue uno de los primeros miembros de la banda, con quien yo fundé la banda, pero ya no está en la formación. Es el cantante de Drugos, otro grupazo. Entonces la idea de tener dos cantantes está ahí desde la génesis del grupo. De hecho se fue Jano y valoramos que me quedara yo solo de cantante principal, y nos pareció que no era lo correcto, porque, para nosotros, las dos voces son una seña de identidad de Puño Dragón; sobre todo si tienes a Germán, que es un portento cantando. Lo aprovechamos y lo pusimos de delantero también. El reparto y cómo funciona esto, pues nos gusta pensar que siempre a favor de la canción. Es decir, no repartimos las voces matemáticamente: porque yo he hecho la estrofa uno, tú vas a hacer la estrofa dos. No nos gusta eso, no nos gusta la simetría, que alguien tenga que hacer algo por decreto. Sí que pensamos qué es mejor para la canción, como quien escoge un sonido de guitarra, o un arreglo. Decimos para este verso creo que va mejor tu voz, y para este verso creo que va mejor mi voz. Creemos que si lo hacemos bien, al final las canciones son mejores.
P. Ya decíamos que tenéis muchas tablas, y llama la atención también el batería, Manu Huertas. ¿Se unió desde el primer disco?
R. Se unió al proyecto en los primeros conciertos, poco después de la grabación del primer disco.
P. Manu (al igual que Rubén Loro, el teclista) estudió en la Escuela de Música Creativa (Malasaña, Madrid), o sea que es un fichajazo para Puño Dragón.
R. Eso es. Sin duda. Bueno, yo a Manu le adoro. Todos le adoramos. Joder, Manu está en proyectos muy grandes tocando. Y, además, aparte de cómo toca, porque es un capo con su instrumento, es la persona que es. El compañero ideal, con un corazón que no le cabe en el pecho. Yo ya no me imagino Puño Dragón sin él.
P. La gira de Juegos violentos es bastante extensa e intensa. El ritmo es muy bestia ya y la carga de trabajo es grande.
R. Sarna con gusto no pica. Llevamos mucho tiempo preparándonos para este tipo de vida, como para quejarnos ahora. Sí que es verdad que cuando llegas a casa después del finde, estás reventado físicamente, y yo creo que mentalmente también nos pasa. Estamos creciendo pero aún no somos lo suficientemente grandes como para poder delegar un montón de labores que vamos haciendo. Antes de que llegue el bolo nosotros ya hemos movido el concierto, hablado con la sala, alquilado la furgo, alquilado el equipo, conducido, descargado, montado… Hay que estar en un montón de cosas que desgastan, pero por otro lado merece la pena.
P. El tema del cansancio en los desplazamientos es preocupante, y ya hemos tenido muy malas noticias en el pop-rock nacional con estos asuntos. ¿Esto lo habéis hablado en algún momento? ¿Tomáis precauciones?
R. Bueno, sí, tomamos ciertas precauciones. Nada fuera de lo normal. Tratamos de gestionar lo máximo posible el no reventarse, el dormir bien, mirar los horarios de salida, no pillarse los dedos, repartir la carga de estrés. Y yo tengo otra máxima, soy un poco como un perrete viviendo el presente: me doy cuenta de que tenemos treinta años. Entonces si hay un momento de hacer un esfuerzo y reventarse físicamente es ahora. Espero que sea para que en el día de mañana podamos hacerlo de manera más descansada y más relajada. Toco madera para que así sea. Estamos empezando a hacer esto ahora, tenemos energía y tenemos juventud, lo vamos a hacer, pero creo que no sería algo sostenible en el tiempo.
P. Ahora vamos a viajar y a soñar un poco, en esta época en la que las colaboraciones musicales son tan habituales. Comentabas antes la importancia del single Haré lo que pueda; si tuvierais que regalar esta canción a otro artista para que la hiciera suya, ¿a quién sería?
R. Me gustaría mucho ver cómo la enfocaría Nacho Vegas. Todos llegamos a esa conclusión en el estudio: joder, esto suena muy a Nacho. La melodía, no tanto la letra. Creo que eso me gustaría. Y también me gustaría ver qué hubiera hecho Víctor Fisherman con ella. Nos ayudó a producirla, pero yo ya se la había pasado en un primer momento, y me hubiera gustado ver qué hacía él a ciegas, antes de conocer las ideas que teníamos nosotros en el estudio. Hubiera sido otra cosa totalmente diferente.
P. ¿Con qué artista, de cualquier parte del mundo, os gustaría hacer una colaboración en directo, compartir escenario?
R. Pues puestos a pedir, a mí me gustaría hacer un tema con Idles. Y del panorama nacional últimamente hablamos mucho de que nos flipan, de nuestra quinta, Repion, Carlos Ares, Sexy Zebras, Cora Yako. Hacer algo con estos grupos, por decirte algo más realista que los Idles, me encantaría.
P. ¿Y con quién no os gustaría colaborar nunca? Porque a veces los artistas hacen colaboraciones medio forzadas, por las discográficas, para sumar seguidores, por puro marketing…
R. Puf. A mí, a priori, no me apetece cantar con Miguel Bosé.
P. Pero a lo mejor la cuantía que os ofrecen es mucha…
R. Ya, bueno. Pues según la cuantía igual me empieza a apetecer.
LV y VDL
