Dos voluntarios fallecidos, varios heridos y una destrucción dolorosísima es lo que han provocado, por el momento, los incendios de Las Médulas y la sierra de la Culebra, en las provincias de León y Zamora, respectivamente. Mientras las vecinas y vecinos siguen resistiendo y los bomberos haciendo lo que buenamente pueden, no paran de surgir las voces críticas que buscan analizar desde la raíz esta tragedia evitable.
Desde Comisiones Obreras (CCOO) Castilla y León aseguran que “el modelo de operativo defendido por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León está mostrándose ineficaz para hacer frente a la realidad de incendios forestales”. Manifiestan su rechazo a la gestión de prevención y extinción de incendios de la administración autonómica, y defienden “un operativo público, bien dimensionado, eficaz, formado, profesional y bien organizado”.
Denuncian desde CCOO que “la falta de recursos humanos y materiales está obligando a las personas trabajadoras a cubrir carencias y poniendo en riesgo su salud y su vida”. Esto, añaden, “no solo refleja la insuficiencia del modelo actual, sino también el fracaso de la gestión de la Junta en garantizar unas condiciones laborales dignas y seguras”.
Pepe Álvarez, secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), ha declarado, por su parte, que “no se puede pensar que los efectivos contra los incendios se tienen que hacer como se hacían hace treinta o cuarenta años, porque la situación ha cambiado y las necesidades ahora son infinitamente superiores”, en referencia, entre otros asuntos, a la crisis climática.
Piden desde UGT “más medios públicos, no solo iniciativa privada, los doce meses del año”, y que las administraciones se centren en hablar de lo suyo: “Los veo muy poco interesados”, advierte Álvarez, “en hablar de aquellas cosas de las que tienen plenas competencias, como es la vivienda o la lucha contra las catástrofes naturales, en este caso, los incendios”.
La Confederación Nacional del Trabajo (CGT) va más allá y carga la responsabilidad sobre Juan Carlos Suárez-Quiñones, consejero de Medioambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León, por su “nefasta gestión” al frente del Operativo de Prevención y Extinción de Incendios Forestales.
El modelo que defiende la Junta de Castilla y León, indican en un comunicado, está basado en la encomienda a empresas privadas de la mayoría de los medios personales y humanos, “con el consiguiente negocio que proporciona a esas empresas por un servicio esencial y público, relegando a la parte pública a una participación cada vez menor”. Este modelo privatizado, que olvida la prevención, recalca el sindicato, “es, en gran parte, el culpable de que incendios como los que Castilla y León está sufriendo pasen de ser un simple conato a convertirse en gran incendio forestal”.
Del desastre de hace tan solo tres años en la sierra de la Culebra nada se aprendió, o nada se quiso enderezar, reclama la CGT. Todos los trabajadores continúan con la fórmula fijo-discontinuo, lo cual demuestra el poco interés con el que la administración se toma la amenaza del fuego.
Por todo ello, el sindicato pide la dimisión de Suárez-Quiñones, y también del director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz, y del jefe del Servicio Autonómico de Incendios Forestales, Ángel Manuel Sánchez.
En Zamora, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) considera que los incendios tienen varios focos: 1) el abandono y la marginación sostenida y sistemática de las zonas rurales y regiones periféricas; 2) la falta de interés en la prevención y los escasos medios para la extinción; 3) la crisis climática y la degradación medioambiental generalizada; 4) y la acumulación demográfica en pocos lugares y la despoblación en otros territorios.
Resume la CNT zamorana, con crudeza, que a la España vaciada le ha tocado “el abandono, la emigración, el olvido, la miseria, el caciquismo y las cenizas”.




