El Salón de Grados de la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad de Burgos tuvo que duplicar su capacidad el 5 de noviembre: una decena de estudiantes levantaban sillas sobre las cabezas del público ante la mirada de la invitada, Patricia Simón. Apoyados frente a sus brazos podían observarse dos de sus ensayos: Narrar el abismo y Guerra, paz y periodismo. Ambos resumen los motivos por los que el estudiantado se había acercado a la sala esa mañana: conocer la experiencia de periodistas que narran historias desde los derechos humanos en un contexto de desafección.
“Quienes ejercemos el periodismo tenemos una pasión por la búsqueda de la palabra exacta”, expuso Simón, “el peligro constante es que nos usen para otros intereses en nuestro servicio a la ciudadanía”. La periodista, galardonada con el Premio de la Asociación Española de Mujeres de los Medios de Comunicación en 2013; el Premio Internacional Manuel Chaves Nogales, y el premio Bones Pràctiques de Comunicació No Sexista de l’Associació de Dones Periodistes de Catalunya, fue elegida por la ONGD Asamblea de Cooperación por la Paz (ACPP) para dotar al alumnado de periodismo de herramientas para narrar desde una mirada de derechos humanos. Junto a Simón, participaron en la mesa Angélica González, profesora del Grado de Comunicación Audiovisual de la UBU y periodista del Diario de Burgos, y Valentina Morillo, creadora del podcast “Del Sofá a la Cocina”.

Asamblea de Cooperación por la Paz es una ONDG con presencia en Castilla y León que lleva más de treinta años trabajando en el ámbito de la cooperación internacional, la acción humanitaria y la educación para el desarrollo sostenible. La organización ha reforzado su estrategia en favor de la libertad de prensa y las herramientas comunicativas para transformar los discursos de odio en los últimos años. Visitas como la de Patricia Simón a la ciudad de Burgos buscan generar una mirada de derechos humanos en el alumnado de los grados de periodismo y comunicación audiovisual.
Centroamérica: una realidad difícil de creer
Angélica Cárcamo, periodista salvadoreña, también visitó la Universidad de Valladolid semanas antes en el marco de esta estrategia. Como presidenta de la Red Centroamericana de Periodistas, una plataforma que se define como necesaria ante el “acelerado deterioro del espacio cívico y la democracia en la región”, presentó un escenario crudo para la profesión. Tanto como aquel del que Simón alertaría unos días después.
“La historia reciente nos ha dicho que los derechos humanos son una lucha constante”, explicó Cárcamo en una entrevista con Social24Horas, “y que en cualquier momento puede llegar al poder alguien que intente rebatirlos”. La periodista salvadoreña describió una realidad difícil de creer para el alumnado de periodismo: Nicaragua, más de 200 periodistas exiliados en la actualidad; Honduras, el país donde pueden matarte por hacer periodismo; Guatemala, donde está en pie el llamado “pacto de corruptos”, y El Salvador, “una de las cerezas del pastel”, en palabras de Cárcamo.
En su gira por España, que le ha llevado por País Vasco, Madrid y Castilla y León, la periodista y defensora de derechos humanos ha expuesto el peligro que gobiernos como el de Nayib Bukele, en El Salvador, representan para la democracia y la libertad de prensa. “La persecución a periodistas en El Salvador nos ha obligado a exiliarnos porque no veíamos en nuestro país un lugar seguro para poder seguir ejerciendo la profesión”, explicó Cárcamo. Con ello, coincide con Simón en la necesidad de “defender el periodismo para proteger la democracia”.

“Cuando se ataca a un o una periodista, lo que se está atacando es ese derecho de las y los ciudadanos a poder tener información verificada, constatada, y crítica”, defiende la salvadoreña. “Y cuando una ciudadanía no tiene información de calidad, no puede tomar decisiones conscientes”. En apoyo a este mensaje de la periodista, Asamblea de Cooperación por la Paz continuará generando una agenda en favor de la libertad de prensa y la comunicación por los derechos humanos en municipios como Herrera de Pisuerga, en Palencia.
En esta necesidad de generar narrativas para el cambio coincide también Patricia Simón: “Una de las cosas que nos han robado es el derecho a la belleza; de repente todo es oscuridad y drama”, reflexionó la periodista andaluza frente al estudiantado de la Universidad de Burgos. “También es necesario poner el foco en esto: nada es sostenible en el tiempo si no hay vínculos humanos, y eso es lo que tiene que empapar todo nuestro trabajo”.
Beatriz Castañeda Aller




