Muchas veces pasan desapercibidas, parecen transparentes, pero lo cierto es que el censo de población en situación de calle realizado en octubre de 2023 (un registro realizado a nivel nacional) identificó a setenta y una personas sin hogar en la ciudad de Valladolid.
Una de las herramientas utilizadas para garantizar derechos y ayuda a este colectivo vulnerable es la Unidad de Emergencia Social, disponibilizada en el Programa de Atención a Personas Sin Hogar que desarrolla Cruz Roja Valladolid. Se intenta, con estas medidas, cubrir al menos las necesidades básicas, tanto físicas como psicológicas, que conforman el drama de la soledad no deseada.
Magdalena Palomo es la trabajadora social responsable este programa de apoyo. Conoce la problemática de primera mano, estuvo presente en el recuento de octubre y forma parte del día a día de estas personas en las calles vallisoletanas. Era consciente de la magnitud del problema, pero resultó positivo conseguir esta “foto oficial”, como denomina al censo: “El número se correspondía con la media de los que veníamos atendiendo en nuestras salidas de martes, jueves y domingos”. Cruz Roja Valladolid se reparte los días de la semana con otras instituciones, para poder ejecutar entre todos una acción integral.
El principal objetivo del programa liderado por Palomo, no siempre fácil de cumplir, es acercarse a esta población en situación de calle y establecer vínculos a través de los cuales todos ellos puedan plantear el proceso que quieren desarrollar para salir de la situación en la que se encuentran. El acompañamiento es “totalmente individualizado”, y los pasos a dar, también lo son.
Lo procesos que más plantean, explica la trabajadora social, no tienen nada de extravagantes: “Vida normal, lo que queremos todos: trabajar, tener una casa. Nuestra labor es aterrizar este proyecto de vida”. Labor compleja, sobre todo “sin nada de apoyo, con la poca higiene que se puede mantener diariamente, sin donde dejar las pertenencias, etc”.
La experiencia de Magdalena Palomo en trabajo de campo le dice que no hay un perfil claro ni establecido para las personas en situación de calle en Valladolid. Es cierto que la mayoría son hombres, aunque “se ha incrementado el porcentaje de mujeres hasta un 19%”. Familias no detectan. “En nuestro país la ley prohíbe que haya menores en la calle. El régimen es distinto para ellos. Parejas sí que hay”.
En Valladolid solo hay un albergue para personas sin hogar. Esto se complementa con otra serie de equipamientos como la casa de acogida de Cáritas, que también cuenta con viviendas de transición. El mayor problema de este albergue, al contrario de lo que sucede en algunas grandes ciudades, no es la seguridad de los usuarios sino la disponibilidad de plazas. No obstante, está claro que “cuanto mayor es el número de personas, mayor es la dificultad de convivencia”. Magdalena Palomo ha acompañado a mucha gente en condiciones de vida muy duras para saber bien que “la calle desgasta muchísimo, hace mucho daño”.
El proyecto subvencionado por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León y está financiado con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y sobre Sociedades para la realización de programas de interés general.
V.D.L.