Las más de cien personas de plantilla de la fundición de aluminio Saeta Die Casting (desde 1980 perteneció al grupo Indal, y en 2012 pasó a formar parte del grupo Philips) están en huelga indefinida desde el pasado 31 de mayo. La presión es cada vez mayor, y los efectos en las líneas de producción de Philips ya se están empezando a sentir, llegando a paralizar turnos por falta de piezas procedentes de Saeta.
Esta acción de protesta de la plantilla, arriesgada y llevada hasta las últimas consecuencias, es fruto de la situación límite que sufren cada día. Según la CGT, las trabajadoras y trabajadores de la fundición han llegado a esta huelga ante los “incumplimientos sistemáticos que afectan su integridad física, salud mental y derechos laborales básicos, exigiendo además el reconocimiento oficial de la penosidad de sus condiciones laborales”.
Los motivos principales son los riesgos físicos inaceptables y el trabajo penoso (exposición continuada a ruidos y vibraciones muy por encima de los límites legales; temperaturas extremas; manipulación de sustancias tóxicas sin las debidas protecciones, y aumento alarmante de bajas laborales) y los riesgos psicológicos y la mala praxis organizativa (acoso laboral sistemático; entorno psicosocial tóxico; amenazas constantes de cierre o reestructuraciones, discriminación salarial).
Las exigencias fundamentales de las trabajadoras y trabajadores de Saeta son el reconocimiento oficial como trabajo penoso con su correspondiente plus económico; la compensación por las condiciones laborales extremas físicas y psicológicas; el cumplimiento estricto de la normativa de prevención de riesgos laborales; los protocolos reales contra el acoso y la discriminación, y el sistema transparente de salarios y promociones.
CCOO se ha posicionado, al igual que el resto de los sindicatos, alertando de que “la prevención de riesgos laborales es un derecho de los trabajadores y un deber inherente del empresariado para proteger la salud de su plantilla”. La organización sindical insiste en que “no se pueden permitir situaciones y condiciones laborales como las de Saeta” y exige a los organismos competentes en prevención de riesgos laborales con la seguridad y salud de las personas trabajadoras actuar con contundencia ante las negligencias y los incumplimientos de la ley.
El siguiente paso de los trabajadores en huelga, avanzando en la construcción de unas negociaciones que la dirección de la fundición rechaza, es denunciar vía judicial el esquirolaje externo, ya que Philips ha externalizado la producción de las piezas que necesita y que no le llegan por la paralización en Valladolid.
Respecto a la vulnerabilidad en la que se encuentra la plantilla en huelga, el sindicato del Metal de CGT está creando una caja de resistencia de la cual se beneficiarán todas las trabajadoras y trabajadores que secunden los paros (sin necesidad de estar afiliados a esta organización).