Pocas cosas más tristes que un cine cerrado a cal y canto (quizás un cartel de prohibido jugar a la pelota). Y si sucede en un barrio es peor todavía. La del cine Castilla es la historia de una modernización que no pasó ni cerca. Su destino quedó atrapado entre Administraciones.
La sala, con casi medio millar de butacas, estuvo en funcionamiento poco más de diez años y lleva en desuso cerca de cuatro décadas. Es propiedad de la Junta de Castilla y León. A lo largo de esta travesía por el desierto ha habido intentonas de cesión al Ayuntamiento (la última de ellas en 2022), pero nunca se han concretado de manera efectiva.
En busca de la reactivación del espacio, este sábado 18 de octubre, de 12:00 a 18:30 en el patio del Centro de Iniciativas Ciudadanas El Empecinado (parte trasera del cine), tendrá lugar una jornada de arte y de lucha organizada por ocho asociaciones que cuentan con sede, ensayos y actividades en ese CIC, entre ellas la asociación vecinal.
Reclaman todos juntos la puesta a punto urgente del cine Castilla para la cultura de base, la cultura de, posiblemente, la barriada más carismática de Valladolid, a los pies del cerro de las Contiendas. Todo girará alrededor de la idea de un casting en el que se irá presentando el talento y el arte surgido en Girón. Teatro Lorca dramatizará la función en la que todas y todos están invitados a mostrar ante el público sus habilidades.
“Lo que queremos hacer es presentarnos al casting todas las asociaciones y artistas del barrio para que se vea qué podemos y sabemos hacer para cuando el cine Castilla esté recuperado”, explica Fernando Polanco, presidente de la asociación vecinal Valle de Olid, uno de los colectivos que organizan el evento. Es una acción de calle de colectivos indignados, pero solo lo saben hacer “de forma divertida”.
Jesús Cifuentes, Zagalejo, Ice Singers, Mesetarios, Tag Time, Radalaila, Las Dinosáuricas o Pilar Conde Teatro son algunos de los rostros conocidos que irán animando el mediodía y la fase vespertina. Para comer, paellada, y, mediada la tarde, una simbólica carrera de bicicletas antirreloj: ganará la última persona que llegue a la línea de meta, sin caerse y sin pisar el suelo (esta competición superlenta la organiza la comunidad deportiva Tutti Frutti).
De las tres partes de las que consta el edificio, las dos partes laterales están conservadas: una es el bar San Pío X y otra es la sede del Teatro Corsario (“un lujazo”, según la asociación Valle de Olid); pero el barrio quiere rehabilitada, de una vez por todas, también la muy deteriorada parte central, la que recibía las bobinas de las películas para programar la sesión continua. “Queremos que se recupere en su totalidad, una recuperación integral”, señala Polanco. “Que se haga todo tipo de actividades ahí”, piden, en referencia a un espacio práctico y multiusos: “Que puedan ensayar grupos de teatro, que puedan representar sus obras; gente que haga cine; gente que haga bailes, un gran centro cultural participativo para la ciudad”.
Por eso la de este sábado es una jornada de tradición, fiesta y proclamas, para demostrar que el cine Castilla es un cine clausurado, pero no olvidado. Y para certificar que hay mucha imaginación y hambre de cultura en Girón.




