La plaza de la Armonía, en el vallisoletano barrio de La Victoria, equipada con bancos y sillas y decorada para la ocasión, será el escenario de un experimento antropológico para preservar la memoria comunitaria: surgirá, durante un par de horas, una Biblioteca Humana.
La idea forma parte de un proyecto piloto de la Fundación Splora, financiado por la Fundación La Caixa. Un grupo de cuatro o cinco personas, veteranas, con muchas batallas a sus espaldas, seleccionadas con dedicación, cultivarán y propagarán la memoria oral del vecindario.
Será este viernes 24 de octubre a partir de las cinco de la tarde, y hasta las siete. Los protagonistas sujetarán un libro, pero no un libro cualquiera: será uno interminable a través del cual relatarán su propia historia y la del barrio, en corro, a las personas que se pasen por allí.
“El proceso ha sido largo y ha requerido la participación del barrio”, cuenta Henar Sayalero, de la Fundación Splora. “Empezamos hablando con la asociación vecinal Los Comuneros. Eso ha facilitado mucho poder seleccionar a estas personas”. Los objetivos de la Biblioteca Humana son fomentar la comprensión de la diversidad; promover la participación vecinal; facilitar una mayor aceptación, tolerancia y cohesión social en la comunidad; crear una conexión real entre las personas, y dar voz a la ciudadanía (a las personas que crearon barrio) dentro de la comunidad.
La Victoria se creó en su momento con gente procedente de muchos municipios. “Había un punto neurálgico que era la parroquia de La Victoria, de allí salieron todas las asociaciones del barrio”, cuenta Sayalero. “Pensamos que era una buena idea dar voz a personas que llevan en el barrio toda la vida y que nos cuenten cómo fue esa llegada al barrio y cómo era la vida entonces. Esas personas llevan cincuenta años aquí”, subraya.
Para este experimento han seleccionado perfiles muy diferentes entre sí, que puedan aportar informaciones, recuerdos y vivencias desde diferentes ángulos y puntos de vista. “Hay una persona que ha vivido toda la vida en la Fuente El Sol, sabe toda su historia, no podemos perder esa historia oral, de ninguna manera”, señalan desde Splora. “Otra persona es un párroco que estuvo aquí cincuenta años en la parroquia; otra ha trabajado en la Textil Castilla”.
Estas historias, de momento, son efímeras, no quedarán registradas. Tal vez en un futuro se pueda hacer un vídeo o una colección fotográfica, pero será un siguiente paso. Es momento, por ahora, de ver cómo se desarrolla la acción y de valorar las reacciones de los asistentes.
La Biblioteca Humana del barrio de La Victoria sigue la estela de otros movimientos similares que abrieron el camino hace tres lustros. A nivel regional, en los últimos años ha habido ejemplos de iniciativas de estas características en el barrio salmantino de Garrido (promovido por Accem en la Biblioteca Municipal Torrente Ballester, en colaboración con la Fundación Asprodes) y en el municipio palentino de Tabanera de Cerrato (promovido por Universidad Rural del Cerrato).




