A menudo el ser humano tiende a extrapolarlo todo… Desde la visión de un color que dicho sea de paso depende de la luz irradiada sobre el objeto en cuestión, o de las células fotorreceptoras que tenga el ojo que mira, hasta sus propias experiencias vitales… Estas, siempre están dotadas de un componente educacional, pues a todos nos han dicho cómo tenemos que comportarnos ante la muerte, ante una enfermedad, Ante una ruptura sentimental, etc.… También, como no, estas experiencias tienen un componente subjetivo, de quien las vive… Y esto junto con lo anterior, no siempre constituye una buena forma de abordarlas…
Siempre he apostado por desaprender para volver a aprender… Todos los parámetros educativos que nos han dado, son redundantes, pues nuestros padres, los arrastran de nuestros abuelos, etc., y así sucesivamente, como aquello de que fue primero, si la gallina o el huevo…
Por eso todas esas personas que tratan de extrapolar sus propias experiencias a las de otras personas, con un carácter pesimista, creo que flaco favo hacen al conjunto… No hace demasiados años, escuché a un famoso cantante de aquí de España, el cual ya falleció, decir que el cáncer era lo peor que a alguien le podría pasar…
Pues con todos mis respetos, yo he tenido dos que no uno como él, y para mí no es lo peor, ni que me ha pasado a mí, ni que le pueda pasar a nadie… Y con esto quiero decir Que lo que tú digas, será lo que tú vives, no lo que tiene que sentir el resto…
Y esto, dicho por personas que viven este tipo de situaciones … Que lo peor es imaginárselo, y dar lecciones de ello, como si ya fueses experto… Por ejemplo, todos esos matrimonios que no tienen hijos, o parejas, que tampoco los tienen, cuando postulan aquello de que tener un hijo con tal o cual deficiencia, es lo peor que le puede pasar a alguien, sin ni siquiera tener hijos propios…
Lo imaginado, Aquello que tú interpretas como lo peor, solamente está en ti… Y por tanto no es extrapolable al resto de la gente… Como yo siempre digo, tus circunstancias y como las vivas es un hecho personal, no un dogma universal