Siempre he creído, tal vez por empatía, o por lógica de la vida, que ser padre o madre no debe de ser una cosa fácil… Dicho sea de paso, nunca esto de la maternidad, ha sido algo que a mí me hiciese demasiada ilusión… Pues yo creo que tener un hijo supone mucho esfuerzo, en muchos sentidos, y al final no todos estamos dispuestos a hacerlo… y huyendo de la corrección política, que a las personas con mi opinión, nos tacha de egoístas, diré que no por ello somos peores personas, o más insensibles… Simplemente decidimos vivir nuestra vida, que para eso la tenemos…
Pero en esta línea, y atendiendo un poco a la labor que los padres a veces hacen con nosotros, tengo que señalar algo que me parece trascendente para nuestro desarrollo…… Por una extraña razón que desconozco, y que tal vez aluda al título del artículo, los padres proyectan en nosotros tantas cosas, que a veces nos desbordan…
Siempre nos dicen que estudiemos, que seamos alguien como si solamente por estudiar lo fuéramos, o que no hagamos esto o que no hagamos lo otro, como si fuéramos eternos niños, a los que hay que corregir su conducta… Creo que a veces, con todo el cariño, que se les pueda tener a los progenitores, estos tienen que aceptar que lo mismo que nosotros les criticaremos por cosas que hacen y tendrán cosas que no nos gustan, igualmente pasa o sucede a la inversa… No todo de mí Les va a gustar a mis padres, lo mismo que a mí tampoco me gusta todo de ellos… Pero ellos perpetúan la idea de que para nosotros siempre tienen que ser una especie de dioses, como si la fase edípica no hubiese sido superada, jamás… Y por desdicha para ellos, la gente crecemos, nos abrimos al mundo, y no solamente lo que ellos nos hayan podido ofrecer como una pauta válida, lo vamos a aceptar…
Siempre he pensado que cuando tienes un hijo, deberías plantearte lo que él o ella querría ser, no lo que tú querrías que él o ella fuese
Las proyecciones dañinas
Leave a comment