Al término de las tres inauguraciones, el presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente, hacía un balance en el que destacaba que “a pesar de las vicisitudes con las que comenzó el curso, con el esfuerzo y el compromiso de todas las partes se sacó adelante y los grupos han estado funcionando con un gran número de participantes, como se ha podido ver en estas exposiciones”. De Vicente quien una vez más recorría las exposiciones junto a los regidores de las localidades que ejercían de sedes de las muestras, ponía también el acento en el hecho de que “El buen ambiente que hay entre los participantes refleja la necesidad de programar este tipo de actividades en los municipios, que, además, han puesto de manifiesto un pequeño relevo generacional que se empieza a notar en las edades de los participantes”.
Entre “cajas, botellas, platos, ganchillo y tapicería”, como recitaba Enedina de la Fuente, una de las alumnas de Zarzuela del Monte, en una poesía escrita para agradecer las enseñanzas y el cariño de su profesora, otra de las participantes aseguraba que “para este tipo de pueblos, el curso es un desahogo de todo; después del trabajo, de las tareas de casa, la familia… las Aulas son una fuente de escape en las que nos vemos muy arropadas”.
Al igual que hizo en las tardes de jueves y viernes en Muñoveros, Mozoncillo, La Lastrilla, Moral de Hornuez, Boceguillas y Ceguilla, y despidiendo el curso hasta el próximo otoño, el presidente de la Diputación, que se mostraba especialmente sorprendido por los trabajos de costura y los bordados expuestos ayer, concluía su recorrido por estas exposiciones agradeciendo a sus participantes el hecho de que “con el trazo de sus pinturas o con sus cosidos y remiendos, pero, sobre todo con su participación en estas actividades de ámbito social, sigan formando y perfilando nuestro territorio, nuestra verdadera fortaleza, que son las personas”.