No sé si muchas personas, con tanto espíritu crítico, como otras entre las que me incluyo, se paran a preguntarse cuántas de las cosas que damos por hechas, en realidad las hemos hecho nosotros.
Cosas como por ejemplo la noción de tiempo, o más bien diría yo la unidad de medida temporal…
Esta unidad de medida, es obvio que se usa para clasificar, que parece ser que es una de las mayores especialidades del ser humano… La taxonomía, en ocasiones, poco razonable, por cierto
Ya he dicho en artículos anteriores lo poco que me interesa a mí todo esto, pero creo que tal asunto, merecía unas notas especiales.
Demasiadas veces he pensado que si por una de estas algún día llegásemos a vivir 1000 años, pues los avances médicos permitirían tal esperanza de vida, una persona de 40 años sería prácticamente un bebé… O también he intentado trazar un plan b, que aunque a muchos les parezca descabellado, podría tener un escenario posible… Tal plan, en el cual algún científico diga que hay que hacer reajustes en la unidad de medida del tiempo… De manera que los años en lugar de tener 365 días como hasta ahora se cree, tuvieran a lo mejor 400, 200, o incluso 50 días… Os habéis preguntado queridos lectores, cuánto cambiaría esto la película? A lo mejor yo tendría 15 años, 90, o incluso seis…
Con esta reflexión quiero transmitir que todo esto que tanto damos por hecho como una verdad inamovible, y que a menudo tajantemente decimos, de que tengo tantos o cuantos años, no es más que una mera arbitrariedad y una unidad de medida inventada por alguien a quien en su día le interesó, y hoy en día a nosotros nos sigue interesando… Yo tengo experiencias, momentos, y no años